Lo prometo...no volveré a beber tanto nunca más... después se pasa como una mierda el día :| ¿y para qué? No lo se ni yo...


Me siento mal, sola, incómoda... Necesito a una persona.. pero ella no esta, bueno, si está... pero no hablamos... Que complicado es todo ¿no?


Quizá sea mucho mejor así. Quizá este sea el primer paso para poder olvidarme de todo.. Me duele, estoy triste y me siento mal... Pero espero al menos sacar algo bueno de todos estos sentimiento...


Afuera sigue lloviendo, que digo lloviendo, parece el diluvio universal acompañado de unos vientos que parece que se nos va a llevar a todos volando..
Me encanta oír el ruido de la lluvia golpeando en el techo... Maldita sea, ¿por qué tendré que tener dos pisos más encima del mío..? 


Tapémonos con una manta, miremos una peli, comamos palomitas y disfrutemos de esta tarde de lluvia juntas, abrazadas... para siempre... 

La lluvia cae matizando los colores del paisaje. Abril se deshoja. Un perfume a tierra mojada penetra lascivamente las fosas nasales.  Los cristales pierden su transparencia dejando entrever  un exterior que se difumina con el tiempo.

El asfalto se enamora del mundo tatuando su retrato en los charcos.  Destellos más brillantes que los emitidos por el diamante de mayor pureza se adivinan tras la gota más diminuta con la que Dios bautiza al mundo.

La gota más pequeña de todas atrae mi atención como una luz fascina a un insecto curioso.

Contemplo absorto como en su interior se va conformando  un cuadro hiperrealista en el que una cala de nata es recogida del suelo por una muchacha con un vestido rojo carmesí. La muchacha me mira sonriendo desde el jardín de su casa en un barrio solitario de una aldea remota. Esa aldea remota se desdibuja en el contorno de una región verde agua que se pierde en un país amarillo dentro de una esfera azul.  La esfera azul se mece en una constelación de caricias en la que un ángel harto de los caprichos de un Dios con resaca se deja caer en picado hacia la tierra dejando atrás un silencio sepulcral ahora poblado con su risa.

Esa gota minúscula refleja a otra gota que a su vez alberga otros mundos fantásticos y que a su vez refleja a otra gota,  y a otra, y a otra… y así sucesivamente hasta contener en su interior millones de universos perfectos.

Esa pequeña gota va tallando mi corazón a golpes de reflejo.

 Esa pequeña gota… inmensa.

Encontré este texto por casualidad en internet, y me ha gustado muchísimo. No lo he escrito yo, pero lo comparto con ustedes que quizá también les guste.